miércoles, 14 de octubre de 2020

Carta para ti querido estudiante.Autor: Ricardo Ernesto Torres Castro


Carta para ti, querido estudiante

La educación formal (escuela) es una de las más grandes creaciones de la civilización occidental: es la empresa de conocimiento , la más antigua y la más actual.

            No sé si sepas cómo se fundó y cómo ha llegado hasta hoy. La palabra “Escuela”, fue creada con el sentido de “universalidad". aquel vocablo pasó a designar la institución que tenía carácter de totalidad en dos sentidos: originalmente fue la comunidad de maestros y alumnos; después, la institución en  la cual  nos reunimos entorno al saber.

            No fue de la noche a la mañana que apareció, sin embargo, hay que reconocer que la escuela es una de las más grandes creaciones de la civilización occidental: es la empresa de conocimiento más antigua y más actual. No nació de una idea preconcebida, sino de la paulatina necesidad de construir civilizaciones.

Hasta hoy podemos estar convencidos de que la escuela perfecta, no existe y que ésta aún la siguen construyendo quienes quieren seguir aprendiendo y aquellos que siguen estando dispuestos a enseñar.

 Es de la educación formal de dónde ha surgido la idea de la cultura, del mundo intelectual, del conocimiento como base para construir la vida  como queremos que sea. Es en la educación formal donde el ser humano eleva a otro nivel su espíritu y es en ella donde ese espíritu se humaniza.

 No sé si estés tan convencido de valorar el lugar de la  escuela en la historia y en la vida misma. Pues bien, ahora que nos encontramos en esta larga cuarentena, donde las  aulas han tenido que cerrar, ella sigue estando ahí, en su esencia, en aquellos que siguen dispuestos a compartir y enseñar, valorando a esos sujetos que están al otro lado de la pantalla y que desean aprender.

La Escuela, no son los muros, ni el campo, eres tú, es él, soy yo, somos todos. Por muchos siglos se entendió como una asociación de maestros y fundamentalmente ellos eran los tomadores de decisiones. Más adelante, los estudiantes reclamaron este poder y de ello  nace  la fuerza de la representación para que entre todos se pudiera decidir.

Muchos no lo están pasando bien.Hay estudiantes que en este momento se están preguntando por cómo continuar su proceso académico. La situación no es solo financiera, lo es también de sentido, en la raíz misma de las cosas. ¿para qué continuar estudiando?,es la pregunta que muchos se hacen, sin embargo, yendo a la profundidad misma de cada quien, la  educación  formal sigue siendo un habilitador para la vida y por lo mismo renunciar a ella es renunciar a la posibilidad de construir futuro.

Muchos maestros han estado al tanto de sus estudiantes y sienten que el asunto del coronavirus impulsó a una generación al límite de su propia humanidad, su vulnerabilidad y su  sentido de las cosas.

Por años nos preocupamos por la felicidad, cómo buscarla, dónde hallarla. Ahora, en el seno de la soledad de muchos, en el refugio del internet y las redes sociales, extrañamos algo que ha logrado trascender en nosotros como un todo, nuestro colegio.

 Queridos estudiantes, estos lazos que nos unen son muy fuertes. Quizá nuestro colegio va a tener que transformarse y adaptarse a las nuevas condiciones que el mundo genere, sin embargo lo fundamental no se puede perder. Ustedes, sus ganas de salir adelante y su energía para construir un mundo mejor y soñar con mejores posibilidades.

Sus maestros están haciendo lo que les corresponde: todo para que ustedes sigan dando lo mejor de ustedes mismos. Todo para que las cosas pasen de la mejor manera posible. Ellos, aunque preocupados, saben que de esta salimos juntos y que la fuerza de su juventud carga de energía al sector que más desarrollo le puede generar a un país, la educación formal y sus instituciones.

Es tiempo para valorar lo que tenemos, para sentirnos juntos en el mismo barco navegando hacia lo desconocido y orientados por la fuerza de una de las instituciones históricamente más antiguas, que ha pasado por todo y que se ha sabido adaptar a las contrariedades y nuevos rumbos que la historia le ha presentado: La Escuela.

Autor: Ricardo Ernesto Torres Castro[1]

 

 

 

                                    


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