MARÍA DE LOS ÁNGELES MELÉNDEZ ROJAS
AUTOBIOGRAFÍA
1.
Naranjal es un hermoso pueblo de clima cálido, está ubicado en el
Departamento del Huila; allá un 12 de enero de 1982 llegué a este mundo en
pleno medio día sin brazos y sin piernas pero con la plena convicción de
servirle al mundo.
2.
Soy la tercera hija de dos extraordinarios e incondicionales seres
humanos: GENTIL MELÉNDEZ OME y ODILIA ROJAS DE
MELÉNDEZ; hermana de tres maravillosas princesas: NANCY (la mayor), DIANA MARCELA (la que le
sigue) y ANDREA (la
menor) y tía de tres maravillosos sobrinos – hijos: MARÍA ALEJANDRA y MARTÍN (14
años y 9 años hijos de Nancy) y ANDRÉS FELIPE (10 años - hijo
de Diana Marcela).
3.
Cuentan mis padres y mis dos hermanas mayores que mi llegada fue
todo un acontecimiento causó tal conmoción que la gente de todo el pueblo llegó
a mi casa, eso era todo un espectáculo, fue tanto el show que al cura del
pueblo le tocó intervenir y sacarlos a todos. Nací en la casa que con sus
propias manos construyó mi padre. En ese entonces ¡qué clínicas ni qué
hospitales! Partera, pero no alcanzó a llegar entonces mi valiente y leal madre
solita hizo todo el trabajo. Yo traía el cordón umbilical enrollado en el
cuello, estaba morada. Dice mi Mami que tuvo que hacer miles de maromas para
que yo respirara, pero que lo hice muy rápido y lloré muy fuerte.
4.
Por ende, lo primero que hizo Papi con su muñequita (como
me decía), que era muy pequeñita y cabía dentro de la palma de su mano, fue
correr hasta el hospital de Neiva (Huila) para corroborar si me iba a morir o
no. El médico que me revisó mencionó que mi estado de salud era excelente y que
mi discapacidad se conocía como FOCOMELIA (No desarrollo de
las 4 extremidades) y que hasta el momento se desconocían las razones.
5.
Nada de la ropa que mi madre me había tejido y bordado me quedó
buena, entonces me envolvieron en un pañal.
6.
Como la gente insistía en que me iba a morir me bautizaron con tan
solo 8 días de nacida, la partera por el cargo de conciencia de no haber
llegado a tiempo me puso el nombre y como iba pal´cielo pues entonces quedé
como María de los Ángeles, ¿ah? ¿Qué tal el nombrecito?
7.
Cuando tenía un año de nacida mis padres tomaron la decisión de
buscar nuevos rumbos y llegaron a Bogotá, con tres hijas pequeñas y otra en el
vientre de mi Mami (sin saber que estaba ahí)…
8.
Andrea nació en la ciudad de Bogotá, en la Clínica San Pedro
Claver, un año y once meses después de mí, llegó para ser mi compañía en todo
sentido, hasta en la Focomelia. Todo el tiempo le dijeron Andrés, pues el
doctor dijo que era un niño. Llegó a este mundo con 8 meses de gestación, hubo
que inducir el parto porque a mi Mami le dio Preclancia. Los médicos y
enfermeras llamaron a la psicóloga y a la trabajadora social de la clínica
cuando mi Papi quiso entrar a ver a su bebé, le daban vueltas y vueltas pero no
le decían nada, así que mi Papi empezó a desesperarse y casi que a las malas
obligó al grupo de médicos a que le dijeran qué estaba pasando, entonces, lo
primero que le dijeron fue que no era un niño sino una niña, que era bebé
canguro y que estaba en incubadora y que aún no la podía ver porque había una
complicación peor. Mi Papi insistió que no le importaba y que necesitaba ver a
su bebé. La psicóloga lo obligó a sentarse y le dijo que la bebé no tenía
brazos ni piernas a lo que mi Papi respondió: “Ah yo creí que era algo
verdaderamente grave, me asustaron, déjenme ver a mi bebé que yo tengo una
igual en la casa” ja ja ja (“me imagino la cara que pondrían todos”).
9.
Desde que yo tenía 7 años y hasta los 11 jugaba con mi primo
- hermano (quien me lleva un año) a que éramos ninjas y por consiguiente
tenía una fantástica elasticidad (oh aquellos tiempos…), jugábamos fútbol y a
los pistoleros y me desplazaba velozmente sobre mis nalgas. Me trepaba como
mono en cuanto árbol o estante de la cocina para hacer “quipitos” con la leche
en polvo y azúcar. Ese era el manjar de los dioses para mi hermanita. Yo odiaba
los vestidos porque me hacían sentir atada y siempre he sido libre como el
viento, entonces me lo quitaba, como mi Mami sabía me ponía por debajo un
esqueleto y un cachetero. Llegaba con mi vestido impecable pero al quitármelo
parecía un tapete ja ja ja además no existía cachetero o leggings que durara.
Vivimos 13 años en Usme (zona rural) por ende cazábamos ranas o en su defecto
nos colgábamos de las lianas de los árboles cerca a una quebrada como Tarzán,
wiiiii. Tuve la mejor infancia…
10. Cuando tenía 8
años mi Mami logró ubicarnos cupo escolar en una escuela rural, debía caminar
por trocha casi una hora con nosotras a cuestas, mis hermanas mayores y mi
primo - hermano le ayudaban a llevarnos y a recogernos; Papi no podía
porque debía ir a trabajar. Lo veíamos muy poco (cada 3 o 4 meses) porque
trabajaba fuera de la ciudad o fuera del país. Cuando le quedaba imposible
enviar lo de nuestro sustento Mami trabajaba lavando, planchando y arreglando
casas; también trabajó en panaderías y en ocasiones yo la acompañaba a doblar
la ropa mientras ella se dedicaba a otra cosa.
11. En la escuela fuimos bien recibidas por el
grupo de docentes y compañeritos, nos cargaban como muñecas para todas partes.
Mi Mami ya me había enseñado a leer y a escribir, por ende, yo era la monitoria
del profe Carlos y aprendí a ser líder con él. Además en mi casa me habían
enseñado que como yo era diferente iba a generar curiosidad, pero que debía ser
fuerte para que el mundo no me fuera a comer viva, tanto en la escuela como en
la casa me permitían y prácticamente me obligaban a hacer las
cosas como todos los demás, nunca me dieron un trato diferente ni me
pobretearon.
12. Un día quise
hacer una de mis cosas locas y entonces me paré sobre mis muñones o lo que para
mí son mis piernas y dicen mis hermanas mayores y mi Mami que caminé como 10
pasos de la sala al pasillo, la admiración de ellas fue tal que gritaron
emocionadísimas y yo me asusté y me senté… al otro día ¿adivinen dónde estaba?…
Sí donde un doctor que dijo que ¡eso era imposible!, porque los huesos de mi
cadera no estaban completos y que además tenía displasia de cadera, “casi le
pega a mi Mami” en pocas palabras le mencionó que el cilantro era sólo para la
sopa ja ja ja, que dejara de alucinar… Entonces mágicamente y por casi 2 años
largos no volví a saber de hospitales ni nada de eso; hasta que un día
empezaron a dolerme demasiado las piernas y mis caderas, no me hallaba del
dolor… Conclusión hay que volver al doctor quien después de realizar
radiografías y demás, me dijo: “Crecer duele niña, no tienes absolutamente nada
en tus huesos” aunque yo sentía como si me hubieran triturado con un
mazo …
13. Cuando cumplí 12 años todo el mundo en mi casa
esperaba que llegara mi primer periodo menstrual, pues mis abuelas, mi madre,
mis tías y mis hermanas se desarrollaron a esa edad. Pasó un año y nada, entonces
nuevamente al doctor. Estuve en exámenes médicos, ecografías, etc. Para que me
dijeran que mi útero es muy pequeño (del tamaño de una niña de 8 años) y por
consiguiente, no iba a menstruar jamás… ¡siiiiiii la vida es bella! Esperen… ¿y
los hijos, entonces? ¡Ooops! “Pues a quien Dios no le da hijos, el diablo le da
sobrinos” listo, solucionado el asunto J.
14. Un año después empecé a sentir dolores muy
fuertes de espalda, por lo tanto nuevamente al doctor quien nos remitió al
Instituto de Ortopedia Infantil Franklin Delano Roosvelt. Digo nos remitió
porque a mi hermanita y a mí nos detectaron escoliosis, ¡noooo! Así que a usar
corsets ortopédicos que nos generaban unas horribles llagas en las costillas y
nos herían las piernas y las axilas con los bordes; llantos y pataletas no
servían de nada, pues era eso o cirugía. Afortunadamente no necesité la cirugía
pero Andreita sí y fue tenaz. Yo rodaba de casa en casa en el barrio porque mi
Mami en el hospital, mi Papi y mis hermanas en el trabajo y mi primo – hermano
ya no vivía con nosotros L. Mi segunda hermana me ponía a las 6:00 am en
la ruta del colegio y sobre las 12:30 del día me recogían mis amigos del
barrio, me la pasaba con 5 o 4 chicos de mi edad, me cocinaban, hacíamos
tareas, uno de ellos tocaba la guitarra y yo cantaba, éramos estrellas de rock
ja ja ja. Me animaban para que no llorara tanto, pues me sentía sola sin mi
hermanita y prácticamente sin familia, pues me recogía una de mis hermanas o mi
Papi tipo 8:00 u 8:30 pm y a dormir y al día siguiente se repetía la historia…
15. Afortunadamente la tragedia griega llegó a su
fin, tardó dos eternos meses pero se acabó. Andreita volvió a casa y todos
felices, obvio siguiendo controles y cuidados del médico. En tan sólo 2 meses
más, ella ya estaba de vuelta en el colegio y todo volvió a la normalidad. O
bueno, casi… porque ella tuvo que someterse a infinitas terapias.
16. Por mi parte yo
me volvía más fuerte y le ordenaba a mis huesos ¡cuidadito con ponerse a buscar
caminos diferentes, derechitos me hacen el favor!
17. Por año y medio
tuve el corset ortopédico y usaba gafas desde que tenía 11 años de edad, así
que me autoproclamé “Robocop” para que no me la montaran en ningún lado, aunque
nunca se atrevieron a hacerlo ja ja ja. Yo lideraba cuanta locura, estudiaba en
un colegio femenino. Mis compañeras me querían muchísimo y me protegían, me la
pasaba con las “terriblosas” ja ja ja. Siempre saqué el primer puesto, llevaba
medallas y diplomas a mi casa por buen rendimiento académico aunque mi Mami
sufría porque si no me daba permiso para irme a una fiesta yo me volaba con mis
amigas o con mi hermana Diana Marcela ja ja ja.
18. Debido a mi flexibilidad y agilidad mi profe
de educación física nunca me dejó quieta, yo también debía trotar, dar botes,
saltar, etc. Hasta que un día terminé en la enfermería del colegio porque me
golpeé la cabeza y hasta ahí me llegó la clase de educación física, entonces me
metí al grupo de porras ja ja ja y volví a ser feliz.
19. Por cosas de la
vida las monjas tuvieron que vender esa sede del colegio y obvio nosotras a
buscar otro sitio para terminar nuestro bachillerato. Yo entré a 10° y Andreita
a 9°.
20. Llegamos a un
colegio público y mixto ¡Oh por Dios! Fue un choque bastante fuerte, debo
admitirlo. Afortunadamente nuestras mejores amigas eran dos hermanas y nos
defendían y acompañaban a todas partes. Duramos dos meses tomando las onces en
la cafetería de los profesores las 4 (mi hermanita y su amiga y mi amiga y yo)
porque nadie nos hablaba y si lo hacían era para fastidiarnos con frases como:
“¿Y entonces monjitas, cuándo nos invitan a rezar un Rosario?” y cosas así.
21. Un día mis
compañeros se portaron mal y la profe castigó a todo el curso y no nos dejó
salir a descanso, cuando iniciamos la siguiente hora de clase le contamos al
profe y éste nos dio 10 minutos para ir al baño y comer algo, entonces mi amiga
bajó a la cafetería y yo me quedé sola en el salón, en esas entraron 3 chicos y
una chica y empezaron a molestarme con sus frasecitas pendejas y yo muy
groseramente les respondí: “¿y por qué no le dicen a su madre que se los enseñe
a rezar si tienen tantas ganas de rezarlo?” Todos se quedaron mirándome y
detrás de ellos entraron 4 chicos y 2 chicas más y empezaron a defenderme.
¡Eureka! Ya tenemos combo ja ja ja. Cuando llegó mi amiga le conté y desde ahí
fuimos inseparables los 8 hasta grado 11°. De hecho mi primer novio fue uno de
ellos, tocaba la guitarra y cantaba muy bonito, era muy especial conmigo y nos
turnábamos el primer puesto. Él me hacía todo lo de química (porque nunca
aprendí nada) y yo hacía todo lo de inglés…
22. Cuando cumplí 18
años y me gradué del colegio el ortopedista me dijo que mis huesos ya se habían
terminado de formar y que parecía que mi escoliosis se había detenido, así que
tomé la decisión de no más médicos hasta que realmente los volviera a
necesitar.
23. En el segundo
semestre de 2002 inicié mi carrera universitaria, fueron 5 años maravillosos.
Estuve becada los dos últimos semestres. En agosto de 2007 me gradué con
honores, obteniendo el segundo mejor promedio de la facultad y con Tesis
Meritoria. Recibí mi título como Licenciada en educación básica con Énfasis en
Humanidades e Idiomas y dos meses después me encontraba ejerciendo mi labor
para la SED (Secretaría de Educación Distrital) hasta la actualidad. Han sido
10 años maravillosos de subidas y bajadas, de múltiples aprendizajes, de
enormes retos y grandes satisfacciones. Pues fácil no fue iniciar mi labor,
recuerdo como si fuera hoy mi primer intento, los chicos se portaron terrible,
gritaban, saltaban y lanzaban papeles por todas partes, uno de esos papeles me
golpeó la cara y yo me senté a llorar en un rincón hasta que una de mis
compañeras se asomó por la ventana, entró al salón y calmó a los chicos. En ese
momento llegó mi Mami a recogerme y yo en un mar de lágrimas le dije que me
sacara de ahí y que no iba a volver.
24. Al otro día mi
Coordinador llamó a la casa y me pegó un regaño cuando le dije que no iba a ir
a trabajar, me dijo: “Señorita, lamento decirle que su jefe soy yo y la
necesito ya aquí si no quiere que vaya yo mismo a traerla, usted es una
verraquita y no le voy a permitir que se la deje montar. Así que tiene media
hora para llegar, deje la pendejada” Entonces va tocó ja ja ja. Los chicos
estuvieron castigados por una semana completa y todo el equipo docente estuvo
apoyándome. Entonces tuve que aprender que ser tan dulcesita no siempre es
bueno. Amo profundamente mi profesión, es muy gratificante ver cómo crecen mis
pupilos no sólo físicamente, sino en todos los aspectos de la vida. Amo la
forma como me tratan y me respetan; siempre me hacen llorar con sus homenajes
el día del Profe.
25. En julio de 2010
mi hermanita, mi eterna compañía tomó la decisión de partir al Cielo, eso nos
destrozó a todos, mi Mami y yo estuvimos por casi un año y medio en terapia
psicológica; yo nunca había sentido tanto dolor, quería MORIRME, no quería
comer, ni levantarme, ni nada L… eso me generó de todo, me dieron todas
las “itis” habídas y por haber: bronquitis, gastritis, laringitis, otitis, etc,
etc, etc. Hasta que mi terapeuta me dijo: “Ya me mamé, ¡no más! El dolor lo
deben sentir todos los seres vivos porque nos trae lecciones de vida, pero el
sufrimiento es opcional. ¡Así que decide pero ya!” esas palabras retumbaron en
mi cabeza como un gran batazo y entonces decidí que no era justo con nadie: con
Dios, con mi familia y con mi Angelito, se invirtieron los papeles, ahora es
ella quien me cuida…
26. La extraño demasiado, imagino que se fue de
viaje y que en algún momento nos reencontraremos… Hice las paces con Dios, con
la vida, con mi familia, entendí que los apegos no traen nada bueno, como
muchas veces se lo oí decir a Andreita, aprendí a decir lo que siento en el
momento preciso, a no guardarme nada, procuro en lo posible reproducir sus
enseñanzas: “para pelear se necesitan dos”, “da todo de ti no importa que te
quedes sin nada, pues así llegaste a este mundo y así te regresarás”, “si a la
primera no puedes, pues lo vuelves a intentar y si tampoco te sale pues lo
sigues intentando hasta que lo logres”, “no te calles nada, escúpelo”, “mantén
una relación real con Dios” entre miles más…
27. En honor a ella
empecé a realizar conferencias y o charlas de motivación en colegios,
universidades, empresas y diferente tipo de entidades públicas y privadas. He
tenido el honor de compartir con personas de la talla del Señor Tony Meléndez
en el Palacio de los Deportes en la ciudad de Bogotá con un público aproximado
de 6000 personas. Estuve bajo la dirección teatral de la prestigiosa actriz
colombiana Alejandra Borrero en una preciosa obra de teatro llamada LA PAZ ES
MUJER donde cerramos temporada en el Teatro Jorge Eliecer Gaitán con 8000
personas aplaudiendo. Por mencionar algunas de las bendiciones recibidas
después de la partida de mi hermanita.
28. No tengo religión,
pues, considero que las religiones atan y además la gran mayoría profesan
exactamente lo mismo. Entonces fácilmente soy de todas y de ninguna. Creo en
una energía superior a la que yo le llamo DIOS, creo que somos uno con el universo y que todos
estamos conectados, por ende, lo que hago y digo afecta todo lo que me rodea,
creo en el poder de las palabras y en todas las energías positivas. Me encanta
hacer Yoga y Meditación. Disfruto de los sonidos de la naturaleza y de la
natación.
29. No soy muy buena
ama de casa, aunque lavo, barro, trapeo, plancho, tiendo la cama, limpio el
polvo y doblo la ropa. No sé cocinar se me quema hasta la esencia del pebetero
ja ja ja, sólo bajo a la cocina a atracar la nevera.
30. Soy una persona feliz, procuro ser agradecida
con Dios, con mi familia, con la vida, con mis amigos (que aunque son pocos son
los que son). Considero que tengo grandes capacidades, amo viajar, el vino y
los perfumes finos, soy leal y muy sincera (a veces hasta sin filtro ja ja ja)
esto en ocasiones me causa problemas. Me cuesta muchísimo perdonar una mentira.
Soy una romántica empedernida, por ende, disfruto del amanecer y ver las
estrellas. Dicen los que me conocen que tengo un excelente sentido del humor,
me divierte hacer chistes sobre mi físico o burlarme de mí. Algunos de mis
compañeros en el trabajo me dicen Miss Alegría ja ja ja.
31. Con referencia a
mis metas y sueños, deseo realizar una maestría y un doctorado, continuar
haciendo conferencias, seguir ayudando en la construcción de un mundo mejor,
más justo y más armonioso, montar en parapente para perder el miedo a las
alturas, escribir un libro, aprender a hablar en italiano y ruso, volver a
hacer teatro profesional, retomar mis clases de técnica vocal porque adoro
cantar, viajar por el mundo entero, entre muuuchas más.
32. Bueno, ésta soy
yo: mujer de retos, transparente, muy consentida y demasiado habladora ja ja
ja…
María de los Ángeles Meléndez rojas
Mariadelosangmelendez@yahoo.com